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Es una ruta circular muy cómoda, que se puede hacer con niños tranquilamente a pesar de su longitud, son 17,5km entre precioso cortes rocosos formado por la erosión del río Duratón.
La ruta comienza el parte más alta, pudiéndose ver parte de esa gran mordida del agua.
En sus cortes podremos observar los nidos de distintas aves y por supuesto una de las más espectaculares de la zona el buitre leonado, pero hay muchas más especies como el halcón peregrino o el búho real.
La ruta completa son de unos 25 km, pero decidimos recortarla un poco para hacer una segunda parte y poder disfrutar de las vistas que pudieran ofrecer las hoces por su parte superior y evidentemente, no decepcionaron, una auténtica obra de arte que la naturaleza ha ido construyendo a lo largo de los siglos.
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